lunes, 2 de diciembre de 2013

Realidad Aumentada


Desde hace unos años estamos asistiendo a un proceso en el que las tecnologías de la información y las comunicaciones están cambiando nuestras vidas: la forma en la que nos comunicamos y relacionamos con otras personas, la forma en la que disfrutamos de los contenidos (ya sean libros, noticias, música o películas) e incluso nuestra forma de ver el mundo están transformándose. El concepto de realidad aumentada (en inglés Augmented Reality o AR)1 está relacionado precisamente con esta última característica, es decir, en cómo la tecnología puede ayudarnos a enriquecer nuestra percepción de la realidad. Para explicar de manera sencilla en qué consiste la realidad aumentada hay que hacer referencia a los sentidos humanos a través de los cuales percibimos el mundo que nos rodea. Nuestra realidad física es entendida a través de la vista, el oído, el olfato, el tacto y el gusto. La realidad aumentada viene a potenciar esos cinco sentidos con una nueva lente gracias a la cual la información del mundo real se complementa con la del digital. Bajo el paraguas de realidad aumentada se agrupan así aquellas tecnologías que permiten la superposición, en tiempo real, de imágenes, marcadores o información generados virtualmente, sobre imágenes del mundo real. Se crea de esta manera un entorno en el que la información y los objetos virtuales se fusionan con los objetos reales ofreciendo una experiencia tal para el usuario que puede llegar a pensar que forma parte de su realidad cotidiana olvidando incluso la tecnología que le da soporte. Una descripción de alto nivel del funcionamiento de la realidad aumentada es como la tecnología actúa como una lente a través de la cual vemos el mundo físico (básicamente gente, lugares y cosas).
La gran capacidad de esta lente, que es el sistema de realidad aumentada, es la de superponer sobre el entorno físico información digital relevante con el contexto en el que se encuentra la persona que está mirando. Esta información generalmente se encuentra en la nube, es decir, en la red.
Finalmente, habría otro grupo de aplicaciones de AR sofisticadas que podrían denominarse como aplicaciones de realidad aumentada inmersiva y no aplicables al consumo, que incorporarían tecnologías muy avanzadas y caras. Se trata de utilidades de aplicación militar o académica que recrean mundos virtuales que permiten, por
ejemplo, entrenar ciertas habilidades. En lugar de usar PC o Tv como displays utilizan gafas o displays que van sujetos a la cabeza y que son capaces de reproducir imágenes en 3D. Un ejemplo de este tipo de aplicaciones son las de mantenimiento, como la de la firma BMW que ofrece una aplicación basada en AR para operaciones de mantenimiento y reparación de sus vehículos con gafas y auriculares para dar instrucciones de reparación directamente en ellas. Otro ámbito de aplicación es el militar: en el ejército americano los soldados usan un casco integrado con un ordenador, con un display y sensores que les permiten ver datos, mapas, información del terreno, y conectar con el campo de batalla.

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